Y asĆ fue. El cohetazo de salida, el olor a masaje, los clic-clac de las calas y el helicĆ³ptero sobrevolando el pelotĆ³n, hacĆan que la adrenalina se disparase y las pulsaciones subieran, incluso antes de empezar a pedalear.
Arrancamos puntuales con el largo pelotĆ³n retorciĆ©ndose alrededor de las rotondas que iban enlazando la primera parte neutralizada de 20 Km, que a travĆ©s de las playas de Alcudia y Pollensa, nos llevaba a los pies de la Sierra de la Tramontana.
Empiezan los puertos y la media de 35 Km/H del llano pasa a 10-12 Km/h. La montaƱa pone a cada uno en su sitio. De ir cĆ³modo en el pelotĆ³n, paso a quedarme descolgado, viendo como me pasan por los dos lados un montĆ³n de compaƱeros. Me giro para comprobar que nadie me estĆ”
cogiendo del sillĆn. Nunca he sido un buen escalador.... pero ya vendrĆ” la bajada.
La Sierra de la Tramontana tiene 120 Km durante los cuales no haces mĆ”s que subir y bajar. El Puigmajor es el pico mĆ”s alto con casi 1200 metros y rampas del 8-10%. En estos 120 Km subes mĆ”s desnivel que en los 210 Km de la Quebrantahuesos. He sido precavido y llevo una combinaciĆ³n compact de 34 dientes delante y 32 detrĆ”s, lo que me permite rodar muy suelto sin cargar las piernas en las rampas mĆ”s duras.
Las bajadas son celestiales. Llevo ruedas de perfil 46mm y tubulares nuevos que he estrenado para tener mƔs agarre y evitar pinchazos. Esta ventaja competitiva me permite bajar "a muerte" y recuperar lo perdido en la subida.
Es curioso comprobar que al final del recorrido por la Tramontana, siempre ves las mismas caras. Llega la subida y te pasan, llega la bajada y los pasas. Al final todos llevamos el mismo tiempo.
Obvio los avituallamientos lĆquidos y me paro en los sĆ³lidos. En cada avituallamiento intento aƱadirme a algĆŗn pelotĆ³n de mi nivel, evitando pedalear solo, que con el viento del mar es demoledor. He tenido la suerte de poder rodar con tres grupos, que aunque me han llevado con el gancho en los repechos, me han permitido hacer una buena media.
Cuando en el horizonte divisaba repecho o subida, procuraba ponerme delante del grupo para tener margen para hacer la goma y no descolgarme. En estos repechos solĆa ir al 90% de pulsaciones.
A los 200 Km de recorrido ya has superado lo mĆ”s difĆcil y en el penĆŗltimo avituallamiento procuras comer y beber todo lo que puedes y analizar las sensaciones que tienes. Las mĆas eran buenas. Ya vi que terminarĆa la marcha sin problemas, lo que no sabĆa era el tiempo que harĆa.
En la parte final del recorrido se llega a Portocristo, un lugar precioso si no fuera por una rampa de 300 metros al 15% que te destroza las piernas. Algunos la suben andando, otros sufren calambres, y los mƔs retorciƩndose sobre la bicicleta. Mi 34-32 me salva.
A 35 Km de meta se llega a ArtĆ”, famosa por sus cuevas, donde una banda de mĆŗsica acoge a todos los corredores, con la calle abarrotada de gente que te anima y te ofrece jarras de cerveza para celebrar el ya dado por descontado triunfo. ¡Craso error! Quedan los 35 Km mĆ”s largos que te puedas imaginar. Se sube al 2-3% con el aire de cara y con casi 300 Km en las piernas. Una combinaciĆ³n letal. Por no pararme a tomar la cerveza con el grupo que iba, me enfrento solo a estos Ćŗltimos kilĆ³metros que se me hacen eternos.
La llegada a meta siempre es apoteĆ³sica por el recibimiento de la gente y por los familiares esperando. Es la cuarta vez que participo y sigo emocionĆ”ndome como el primer aƱo.
Amigos que han hecho el recorrido juntos y llegan abrazados, padres que cogen a sus hijos pequeƱos en brazos para entrar juntos en la meta, esposas orgullosas de sus maridos que lloran de emociĆ³n, en fin, sentimientos desbordados.
Al entrar en meta miro el tiempo. Diez minutos mĆ”s que la Ćŗltima vez. ¿Y quĆ© importan 10 minutos? Lo que importa es que la he terminado, que me han sobrado 1 hora y 15 minutos, que he hecho una media de 25 Km/h y todo eso con 66 aƱos (el mĆ”s veterano, por no decir viejo, de los que hacĆamos el recorrido largo). Lo que importa es que maƱana me voy a Brasil, y podrĆ© decirles a mis nietos que su abuelo es un valiente.
Saludos y animaros para el prĆ³ximo aƱo. Yo creo que ya no volverĆ©.
Marcos Calucho